porque pensás que le conté a mi mejor amiga que te comiste unas minitas en Soul, vení y preguntámelo, habla las cosas de frente pero no podes ser tan inmaduro, Mauricio, de tirarme comida desde otra mesa y cagarte de risa con Juan... No pueden ser tan enfermos, se creen los pibes más adultos del mundo por edad y sin embargo son todo lo contrario, no se puede comparar porque hasta un pibe de 12 años tendría la decencia de preguntar antes de pensar cualquier cosa. Son dos pendejos.
No digo que voy a dejar de hablar de Juan, tal vez alguna vez toque el tema, pero va a ser de pasada. Voy a dejar de escribir las entradas como si se las estuviera diciendo a él, como si él alguna vez las leyera... Basta, no puedo soportar seguir enamorada de un pendejo. Ayer me dio tanta bronca e impotencia que me puse a llorar, y borré tus mensajes de mi celular, me di cuenta que no tiene sentido, no los leo nunca, no me sirven para nada más que para hacerme sufrir y no, no quiero.
Tuve una sensación muy rara, de pronto agarré un cuchillo y empecé a acariciar el filo lentamente, como si fuera mi único amigo en este mundo... No se si me quería lastimar a mi misma o si quería lastimarlos a ellos, o si lo hacía porque pensaba que el sólo hecho de acariciar ese cuchillo me tranquilizaría - No se por qué, todavía me lo pregunto, pero me calmé, e hice como si nada de eso me hubiera importado, como si las balas no me hubieran atravesado el corazón... Como si la desilusión no me hubiera lastimado hasta lo más profundo del alma, me importó, sí, y demasiado, pero ya está, ya pasó, basta. Hoy le pongo fin a esta condena, hoy quiero seguir adelante.
Chau Juan.
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